viernes, 27 de junio de 2014

ACTIVIDAD 2: 'adaptación del cuento toda clase de pieles' BORRADOR 2

La siguiente actividad que voy a explicar consiste en la adaptación de un cuento que nos contó nuestra profesora de Literatura infantil, Irune,  que le contaba su abuela; el cuento se titula:

'Toda clase de pieles'.. y comienza así:

Érase una vez, en un reino muy lejano vivían unos reyes; a estos reyes se les conocía como unos reyes muy dichosos ya que tenían todo lo que se podía llegar a tener, tenían mucho dinero, muchas joyas, un pueblo que les quería y al que ellos querían. Ambos poseían una belleza que jamás en la vida nadie había podido observar; el rey lucía un pelo moreno brillante con destellos color carmín, unos ojos negros penetrantes y un cuerpo escultural. Por el contrario la reina tenía el pelo rubio, con unos ojos verdes que decían que evocaban la tranquilidad del mar, y una piel rosada que a todo el pueblo le producía ternura.
Un buen día decidieron que ya era hora de engendrar a un hijo para que en el futuro, cuando el rey no pudiera con el trono, se encargara él, pero no hubo suerte ya que los médicos de la corte les dieron la noticia de que esperaban a una hija; a los reyes no les importó demasiado ya que podrían tener más hijos más adelante, no les corría ninguna prisa, pero esa noticia no vino sola, los médicos de la Corte también les dijeron que la reina estaba muy enferma y que los comportamientos que tenía durante el embarazo estaban dejando de ser normales ya que la pobre no reaccionaba bien a las medicaciones que podían ofrecerla, y que quizás en unas semanas, cuando diera a luz a su hija, podría morir.
El rey al oír esta noticia se puso muy triste y la reina trataba de tranquilizarle; le pidió dos favores por si llegado el momento le pasaba lo que nadie quería que ocurriese. Le dijo al rey que cuando la hija que estaban esperando fuera más o menos mayor y consciente de las cosas le hablara mucho de ella, que su madre, aunque no estuviera ahí con ella, la quería mucho y que siempre la iba a cuidar; también le pidió que le entregara una medalla con una Virgen, una rueca de coser y su anillo de boda.
El segundo favor que le pidió era que si ella moría, el reino no se podía quedar sin un príncipe, por lo tanto debería casarse con otra mujer. El único requisito que le puso era que la mujer que el rey eligiera fuera más bella que ella.
El rey no quería ni pensar en las cosas que le había dicho su mujer porque no quería pensar que ese momento fuese a llegar.
La reina parecía que iba respondiendo positivamente a unas curas que le daba una hechicera que vivía a las afueras del pueblo; todo parecía que iba cogiendo color hasta que llegó el día del parto. Nació su pequeña hija, con la piel blanca como la leche y los mofletes rosados, igual que su madre, la gente al verla no podía hacer más que sonreir.. pero ocurrió, la reina empeoró y terminó por morir..
Todas las personas del pueblo asistieron a su velatorio, fue una noticia muy triste entre la gente. Pasaron los tres días de luto y todo el mundo siguió con sus oficios.
La niña iba creciendo en el reino como cualquier niño feliz, con sus juegos y sus historias de colegio, pero su padre no podía evitar pensar en su esposa cada vez que miraba a su hija; la concedía todo tipo de deseos pero cada vez que se acercaba a ella no podía evitar entristecer. Todo el mundo seguía con su vida menos él, que no pasaba día en el que el rey llorara.
Cuentan que cada mañana, con el rocío del alba, se oían los lamentos del rey..
Pasó el tiempo y el rey decidió darle a su hija los objetos que su esposa le había entregado y tener una charla con ella, como jamás lo había hecho; fue algo muy bonito para ambos porque nunca habían compartido un momento así juntos.
Esta conversación le dio al rey fuerzas para buscar una nueva esposa, más bella que la difunta reina y buscó por todos los reinos, miró hasta debajo de las piedras por si encontraba alguna mujer que le enloqueciera con su belleza, pero no encontró a ninguna.
El rey estaba desolado, el tiempo pasaba y él no tenía ninguna mujer con la que casarse y poder tener a su heredero; en medio de esa desolación miró por la ventana y se percató de la belleza de la jardinera, que era incluso superior a la de su mujer, con su larga trenza color oro, que brillaba aunque no le diera la luz del sol, los Consejeros de la Corte también la vieron pero ninguno de los allí presentes pudo pronunciar palabra.
Los días pasaban y el rey tenía que encontrar una solución.. se reunió de nuevo con los Consejeros para poner fin a la situación crítica que aquel reino estaba viviendo y decidieron que la única solución era llevar a cabo lo que a todos se les pasó por la cabeza aquel día observando a la jardinera, y ninguno fue capaz de mencionar. Algunos de los consejeros lo vio como la idea más buena que se les podría haber ocurrido, y envidiaban al rey, pero el rey se sentía fatal, ¿cómo iba a casarse con una jardinera? Era una idea que no podía concebir pero que no podía evitar..
El rey le comunicó a su hija la idea que había tenido y la necesidad de aceptar que tenían los dos; la princesa estaba un poco asustada y le dijo que necesitaba pensarlo.. la idea de que su padre se casara con otra mujer..  se pasó toda la noche entera barajando un sinfín de posibilidades, pero no llegaba a ninguna conclusión concreta; ¿cómo se va a casar con mi padre?-pensaba- Daría lo que fuera por llevar una vida como el resto de mis amigas de la escuela, ojalá mi madre estuviera viva y esto nunca hubiera ocurrido..- se lamentaba.
Al fin se le ocurrió pedirle a su padre cosas imposibles para ganar tiempo, asique le pidió un vestido tan dorado como el sol, otro tan plateado como la luna y otro tan brillante como las estrellas.
El rey reunió a todos los sastres de la corte para que buscaran los mejores materiales y así poder hacerle el mejor vestido a su futura reina; tras unos días de espera lo consiguieron y eran los vestidos más bellos que ninguno de nosotros nos podemos llegar a imaginar.
Al ver que esta petición no era suficiente, intentó ganar más tiempo pidiéndole al rey como regalo de boda un abrigo formado por un cachito de las pieles de todos los animales que habitaban el mundo; el rey esta vez reunió a los mejores cazadores con los sastres que le habían hecho los vestidos, y se pusieron manos a la obra.
La princesa, contenta porque lo que había pedido esta vez lo creía imposible, se fue a dar un paseo por el pueblo y se topó con la hechicera que había tratado la enfermedad de su madre. La hechicera vio una muchacha triste, pero en cuanto la miró a los ojos y sintió el mar, en seguida supo quién era.
Mantuvieron una charla para poder encontrar una solución al asunto, pero ni la hechicera llegaba a una conclusión hasta que al final, cuando ya estaban cansadas de pensar, a la hechicera se le ocurrió una idea.. –Esta noche, cuando salga la luna, coge todas tus cosas y márchate del reino, lejos, donde nadie pueda encontrarte jamás..
Al oír la brillante idea, la joven corrió a palacio, se metió en sus aposentos, recogió todos sus bienes preciados, incluso los regalos imposibles, hasta el abrigo de toda clase de pieles que los sastres habían conseguido hacer, y se marchó..
Corrió cuanto pudo, se tapó todo su torso para que nadie pudiera reconocerla y se escondía durante el día en los lugares más altos para que nadie pudiera encontrarla.
Un buen día, mientras dormía en uno de sus árboles donde se escondía escuchó mucho ruido, parecía una cacería; sabiendo que en lo más alto nunca la iban a encontrar, se volvió a relajar, esa noche había caminado mucho, pero no tuvo en cuenta la dimensión de su trenza que calló justo en la cabeza del príncipe de un reino de cuyo nombre en este momento no me acuerdo; éste no podía llegar a creer la belleza del pelo de aquello que colgaba en el árbol, tiró y calló una persona con el cuerpo cubierto.. aunque solo hubiera olido su pelo, el príncipe de enamoró..
La ofreció trabajar de ayudante de cocina del cocinero de la Corte de aquel reino, y ella aceptó, asique ahí pasaron otro montón de años.
Todos los días igual, con la trenza descubierta y todo lo demás tapado con su abrigo, la princesa le servía las comidas al príncipe; ella no quería darse cuenta pero se estaba enamorando perdidamente del príncipe.
Un día, decidió utilizar los regalos de su madre por un lado, pero también los vestidos de su padre; se quitó el abrigo de toda clase de pieles, se puso uno de los vestidos, cogió la Virgen de su madre y se dispuso a servir la comida como todos los días..
El príncipe no se podía creer lo que estaba detrás de todas esas pieles, lo que veía era aún más bello que la trenza de la que se enamoró.. no podía dejar de mirarla ni un segundo; la princesa, antes de irse le cogió la mano y le obsequió con la Virgen, sin decir ni una palabra.
Al día siguiente en la comida repitió lo mismo pero con otro de los vestidos y le obsequió con la rueca, de nuevo, sin decir una palabra. El príncipe se estaba volviendo loco, no sabía qué hacer para decirla  que la quería, que se casara con él.. asique decidió ir a comprar el mejor anillo que los mejores alfareros pudieran fabricar y al llegar la hora de la comida, antes de que la sirviera, le puso el anillo en la mano, ¡la princesa estaba tan contenta! Y en señal de aceptación, le ofreció el obsequio que tenía preparado para el día de hoy, el anillo.
Eran las personas más felices que habitaban la Tierra por aquel entonces.

Aunque no lo hayamos vuelto a mencionar al rey, se quedó con mucha desgracia por la marcha de su hija pero comprendía que la situación era mala y en realidad la entendía porque no era plato de buen gusto para ninguno de los dos, pero él era rey y su reino tenía unas necesidades que él tenía que cubrir..  hasta que una mañana llegó su hija.. estaba guapísima y le presentó a su futuro marido; hablaron de la situación y el rey se puso tan contento que cambió la ley por la que un rey sólo puede dejar el trono a su hijo varón y le explico al pueblo toda la situación.
El pueblo quería tanto a la familia real que consideraron la decisión como buena y todos vivieron felices en aquel reino lejano lleno de gente feliz.


He contado la historia lo mejor que he podido ya que no consigo saber cómo tratar el tema del incesto, aunque no sea la mejor historia contada no podría hacerlo mejor. Pienso que estaría bien dirigido para niños entre los 9 y los 12 años; por supuesto más mayores no habría problema, pero por el vocabulario y los hechos que se suceden en el cuento es la edad ideal.

Respecto al cuento de la profesora Irune he hecho una variación principal que es el enfoque del final que creo que debía de tratar el tema del padre porque la idea de casarse con su hija no quedaba muy apropiada. A parte he adaptado el cuento incluyendo algún personaje y variando un poco la historia, aunque sin desviarme del tema principal.

1 comentario:

  1. Cayó, de caer, es con Y.
    Lo único que te has saltado del esqueleto original es el juego que hace la protagonista con sus dos personalidades: la princesa y la camarera. En tu adaptación, en determinado momento, ella cambia de personaje (la primera vez que se pone uno de los vestidos) y, de esa forma, deja de jugar con los dos.
    Está bien.

    ResponderEliminar